
¡Oh, Susana!
Un arquitecto recibe el encargo de reformar una pocilga ruinosa en un pueblo castellano para convertirla en una pequeña sala de reunión familiar. Susana, la guardesa de la finca, ejecutará el trabajo sola y con la única ayuda de unas instrucciones que el técnico, que no pisará la obra hasta que esté terminada, le hará llegar por chat. A medida que el proyecto se materializa, Susana y Manuel comparten un mismo viaje, pero con sentidos diferentes: ella se hace constructora y él abandona una Academia en la que no se enseña a construir.
¡Oh, Susana! Una novela técnica es un diálogo socrático por WhatsApp plagado de diagramas arquitectónicos y tutoriales de YouTube. También es un soliloquio, con ecos de Carrère, Bobin o de Waal, en el que los recuerdos vitales, las excentricidades personales y las reflexiones espontáneas se entretejen con escenas de películas, obras arquitectónicas y fragmentos literarios. En este cortocircuito epistemológico Ocaña explora, más allá de lo que para él es la arquitectura, qué es lo que hacemos para ser quienes somos. En el aire deja la duda de si un proyecto ha de comenzar por un solo ladrillo o si, por el contrario, se ha de inaugurar con un adiós.
«Llamé a Esperanza la semana siguiente del encuentro y devolví la jugada solicitando la imposición de tres condiciones para mantener el contexto de desafío:
1. La obra la ejecutará Susana. Sin prisas y sin ayuda.
2. Se utilizarán materiales disponibles a menos de quince minutos conduciendo.
3. No habrá visitas presenciales de obra ni un proyecto previo. La comunicación será exclusivamente por WhatsApp.
Esperanza dijo sí, con la petición de que fuera a revisar la obra al final. Me pasó el contacto de Susana. Su foto de perfil parecía la de su boda. El estado de su cuenta de WhatsApp era No se puede ser más feliz».
¡Oh, Susana! Una novela técnica es un diálogo socrático por WhatsApp plagado de diagramas arquitectónicos y tutoriales de YouTube. También es un soliloquio, con ecos de Carrère, Bobin o de Waal, en el que los recuerdos vitales, las excentricidades personales y las reflexiones espontáneas se entretejen con escenas de películas, obras arquitectónicas y fragmentos literarios. En este cortocircuito epistemológico Ocaña explora, más allá de lo que para él es la arquitectura, qué es lo que hacemos para ser quienes somos. En el aire deja la duda de si un proyecto ha de comenzar por un solo ladrillo o si, por el contrario, se ha de inaugurar con un adiós.
«Llamé a Esperanza la semana siguiente del encuentro y devolví la jugada solicitando la imposición de tres condiciones para mantener el contexto de desafío:
1. La obra la ejecutará Susana. Sin prisas y sin ayuda.
2. Se utilizarán materiales disponibles a menos de quince minutos conduciendo.
3. No habrá visitas presenciales de obra ni un proyecto previo. La comunicación será exclusivamente por WhatsApp.
Esperanza dijo sí, con la petición de que fuera a revisar la obra al final. Me pasó el contacto de Susana. Su foto de perfil parecía la de su boda. El estado de su cuenta de WhatsApp era No se puede ser más feliz».
- Editorial: Plasson e Bartleboom |
- Páxinas: 216 |
- Dimensións: 140x210 |
- Idioma: castelán |
- ISBN: 978-84-10483-14-9 |