Cuando Enrique nos habló sobre un recetario familiar –de esos con manchas que delatan horas y horas en la cocina– enseguida quisimos conocer a la persona detrás de las recetas. Pilar, su madre, dice que cocina porque le encanta comer, pero también lo hace para celebrar a quienes ya no están y abrazar a quienes la rodean.

Mi hijo dice que bailo en la cocina habla desde la voz de Pilly, de su esposo Alfonso y de muchas otras personas que son su familia. Con la intención de retratar ese afecto íntimo que atraviesa generaciones recuperamos recuerdos, revisitamos álbumes de fotos y reconocemos las relaciones humanas que dan sentido al presente. Pilar es carácter y cariño. Su máquina de escribir, su música, la botanita y el sentido del humor. Orquídeas y cazuelas. Es chispa, cobijo y sustento.

Esta publicación es un conjunto de relatos biográficos hilados por 45 recetas heredadas y apropiadas. Memorias que hablan de las mujeres que vinieron antes, de su fuerza y de sus costumbres.